17 de julio de 2013
Picalquers 14, Barcelona

Edson Chagas · Nasheli Jiménez del Vall

La cultura contemporánea busca nuevas estrategias frente al futuro de una globalización que amenaza con ahogarse. Para encontrarlas, se hace estrictamente necesario resituarnos en el mapa perdiendo el norte. Perder el norte como una forma de imaginación decolonial. Levantarnos una mañana, habiendo perdido completamente el norte...pudiendo por primera vez imaginar un futuro que no haya sido pactado.




EDSON CHAGAS

Found Not Taken
9 láminas 60 x 42 cm, impresión digital 

Angola, 2013
Presentado en Encyclopedic City, Beyond Entropy, Angola Pavilion 55th International Art Exhibition Biennale di Venezia
Cortesía de Beyond Entropy




















NASHELI JIMÉNEZ DEL VALL

Chapulines or the six-leggend meat of the future
2 láminas 28 x 21 cm, impresión digital

Barcelona, 2013
Cortesía de la artista







“[…] la clase guerrera vuestra se hundió toda a la vez bajo la tierra, y la isla de Atlántida desapareció de la misma manera, hundiéndose en el mar.” (Platón, Critias). 

Como un remake del mito platónico, Venecia, orgullo de la cultura occidental y las Maldivas, joya natural de Oriente, parecen compartir un dramático destino. Según las previsiones, la República de las Maldivas, el país más bajo del planeta, desaparecerá completamente bajo las aguas en el año 2050. Pero si la Venezia hundida de Alfredo Jaar, promete un cambio esperanzador para la cultura occidental, la desaparición de las Maldivas nos lanza irremediablemente hacia un futuro global distópico. Durante miles de años, la morfología de la Tierra ha ido cambiando de acuerdo a sus ciclos naturales, inventado y destruyendo formas de vida, algunas de las cuales habitan hoy en el mito. Pero la desaparición de una cultura completa bajo las aguas es un hecho sin precedentes desde la Edad Moderna. Si existen evidencias sobre la responsabilidad de Occidente en los fenómenos meteorológicos extremos, que definen cada vez más las condiciones de vida del planeta (Deep Weather, Ursula Biemann), ¿se puede imaginar otra utopía que no sea la de un futuro post-occidental?

El espíritu ilustrado impulsó en Occidente el sueño de coleccionar el mundo para clasificar sus imágenes y universalizarlas en el Museo. Pero en ese ejercicio taxonómico, la imagen quedó desprendida de la experiencia, convirtiéndose en un objeto fetiche incapaz de dar forma a los modos de vida de las sociedades humanas. Para compensar esta pérdida, la ciencia y el pensamiento occidental reunieron sus discursos en lo que vino llamarse la Enciclopedia. El Museo supo readaptarse bajo este nuevo paradigma asumiendo la necesidad de dar vida a las imágenes, pero un recrudecimiento del Capitalismo posibilitó el triunfo de la autonomía del arte y la proliferación de imágenes creadas in vitro, que nunca conocieron otro lugar que el de la exposición. De esa manera el Museo se constituyó como el paradigma del arte universal, rechazando las posibilidades estéticas de la vida urbana e incluso de la propia naturaleza. Pero en la urgencia de devolver el arte a la realidad, han ido apareciendo propuestas encaminadas a profanar las lógicas del Museo. Empezando por replantear la desmaterialización de la obra de arte y las significaciones del espacio expositivo; hasta la irrupción de otros modos de taxonomía que ponen en duda la idea occidental de Museo: ¿y si el museo que tiende a ser enciclopédico se convierte en una ciudad? (Encyclopedic City, Beyond Entropy). 

Desde que en 1989, con la caída de las últimas trincheras comunistas en Europa, las culturas occidentales se integraran en una cultura neoliberal global; parece imposible imaginar otro futuro que aquel que ha sido pactado con el consenso del capital. Las únicas alternativas parecen situarse dentro de una cierta ‘cosmocracia insurgente’: una suerte de movimientos de insurrección global apegados a los principios del capitalismo democrático. De acuerdo a Jean-François Lyotard, si únicamente el disenso es capaz de evitar la subordinación, el antagonismo es la a única vía posible para poder imaginar un futuro post-capitalista, y en esta coyuntura, tropezaremos posiblemente con el surgimiento de nuevas formas de fascismo, pero podremos también advertir la presencia de una fuerza alentadora, decidida a permanecer en este ejercicio de disenso: esa fuerza es el Sur. 

Las propuestas de la Republica de Las Maldivas (Disappearance as work in progress – Approaches to Ecological Romanticism) y la República de Angola (Encyclopedic City) para la 55 edición de la Biennale di Venezia, aunque desde enfoques diversos, coinciden en algunos aspectos. Ambas participan por primera vez desde el beneficio de la periferia, fuera de los espacios institucionales. Conceptualizadas por curadorías colectivas (Chambers of Public Secrets y Beyond Entropy), utilizan metodologías desarrolladas en el circuito global pero aplicadas a la experiencia local. Ello permite advertir las contradicciones del discurso de la pluralidad, obsesionado en incluir los márgenes en un mapa sospechosamente integrador que disimula una intencionada re-occidentalización estética. 

Más de una veintena de artistas (Mohamed Ali, Sama Alshaibi, Ursula Biemann, Stefano Cagol, Wael Darwesh, Moomin Fouad, ThierryGeoffrey, Khaled Hafez, Heidrun Holzfeind & Christoph Draeger, Hanna Husberg, Laura McLean & Kalliopi Tsipni‐Kolaza, Achilleas Kentonis & Maria Papacaharalambous, Paul Miller, Gregory Niemeyer, Khaled Ramadan, Oliver Ressler, Klaus Schafler, Patrizio Travagli, Wooloo) participan en el proyecto Disappearance as work in progress – Approaches to Ecological Romanticism, donde Maldivas se cuestiona por un nuevo paradigma moral, basado, ya no en los códigos culturales, sino en los de la propia naturaleza. Una propuesta eco-estética que supera la tradicional dicotomía occidental entre cultura y naturaleza desde una pensamiento decolonial y no antropocéntrico. La naturaleza ha dejado de ser un mero artefacto cultural, para convertirse en una guía del espíritu (Maldives To Be or Not, Khaled Ramadan). Reconocer el papel de la naturaleza y afrontar la desaparición inminente del territorio con una entereza inusual en occidente, permite construir la cartografía del futuro de una cultura en próximo movimiento (Contingent Movements Archive, Hanna Husberg, Laura McLean, Kalliopi Tsipni-Kolaza). 

Encyclopedic City, proyecto premiado con el León de Oro a la mejor participación internacional, se presenta como una provocación del propio statement de la Biennale: “cuando un edificio tiende a ser enciclopédico se convierte en una ciudad”. Esta investigación, iniciada por Beyond Entropy en la última Mostra Internazionale di Architecttura, propone la transformación de un palacio renacentista en un espacio de conflicto donde la capitalización de los objetos artísticos y las fantasías occidentales se enfrentan a las complejidades de la experiencia urbana en la ciudad poscolonial (Found Not Taken, Edson Chagas). Los objetos urbanos de la ciudad de Luanda, retratados como ciudadanos del lugar, forman un catálogo de las condiciones espaciales múltiples a las que se encuentran sometidos en la nueva Ciudad Global. Esta enciclopedia urbana funciona como taxonomía-otra que posibilita nuevas relaciones dialécticas entre los diferentes agentes urbanos para entender el espacio público, y quizás, habitarlo.

La cultura contemporánea busca nuevas estrategias frente al futuro de una globalización que amenaza con ahogarse. Para encontrarlas, se hace estrictamente necesario resituarnos en el mapa perdiendo el norte. Perder el norte como una forma de imaginación decolonial. Levantarnos una mañana, habiendo perdido completamente el norte... pudiendo por primera vez imaginar un futuro que no haya sido pactado.


Diana Padrón Alonso





Perder el Norte [tentativa #1] es un proyecto curatorial de Diana Padrón Alonso
Con la colaboración de Olga Sureda Guasch, Nasheli Jiménez del Vall y Beyond Entropy


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